Con sólo un poco de tu imaginación, la última exposición del maestro Antonio Arellano consigue trasladarte a casi cualquier punto cronológico de la historia de la humanidad.
El realismo de sus espadas combinado con la sencilla presentación y la imponente majestuosidad de las altas y robustas paredes de piedra del s. XIV del Torreón que las acoge, provocan en el lugar un ambiente casi mágico, y es que de una forma sorprendente, la muestra consigue confundir las sensaciones del visitante, entrelazando un viaje vibrante y casi infinito a lo largo del tiempo con una quietud y tranquilidad capaz de convertir cada segundo en el torreón en minutos de la realidad exterior.
Edad antigua, media y moderna se dan la mano en esta fortificación levantada sobre el rio Tajo, ya que a través de las reproducciones del maestro Antonio Arellano, y al igual que si ojeásemos el índice de cualquier libro de historia, las espadas nos guiarán en este recorrido desde los pueblos prerománicos de la península ibérica con sus características falcatas (con una pieza fiel réplica de la encontrada en la necrópolis de ‘Los collados’ en Almedinilla, Córdoba), pueblos celtas, a las grandes civilizaciones de la antigüedad como la antigua Grecia con el xifos de la polis de Esparta o el gladio del Imperio Romano, el Medievo con espadas templarias o nuestras famosas Tizona y Colada del Cid, recordando hechos históricos como el descubrimiento de América con la espada de Colón, la rendición de Granada, o el Imperio de Carlos V donde ‘nunca se ponía el sol’ con las tizonas españolas de los temibles tercios, las dagas de la mano izquierda y la edad de oro de la espadería europea con las espadas rapieras, roperas o también conocidas como de lazos.
También hay un pequeño guiño a aquellos amantes de las más afamadas series de televisión nacionales como Isabel, Carlos, Rey y Emperador o Águila Roja, que podrán contemplar las piezas elaboradas para los personajes principales de cada una de ellas.
En definitiva, toda una vida dedicada al temple del buen acero toledano y la forja del hierro, plasmada en una colección de piezas únicas que sin duda pasarán a formar parte de la historia reciente de la espadería toledana.