Mucho o casi todo se sabe de Cristóbal Colón (República de Génova, 1451 – Valladolid, Corona de Castilla, 20/05/1506), desde que el 12 de Octubre de 1492 Rodrigo de Triana avistara las actuales Bahamas cuando Colón buscaba las lejanas tierras de Catay(China)y Cipango(Japón), siguiendo la estela de Marco Polo. Sin embargo, no es hasta su naufragio frente a costas portuguesas en 1476, en el curso de una refriega de la Guerra de Sucesión Castellana, cuando su biografía comienza a estar profusamente documentada.
Mapa mundi antes del descubrimiento de América en 1492
La polémica sobre su lugar de nacimiento ha generado auténticas novelas de ficción, teorías de toda índole que aseveran un origen no genovés al Almirante de la mar Océana (catalán, gallego, balear, andaluz de Sevilla, castellano de Guadalajara, extremeño de Plasencia, vasco o portugués…), si bien la hipótesis más sólida nos dice que Cristóforo Colombo nació en Savona, República de Génova en 1451.
En 1476 la nave en la que Colón viaja a Inglaterra con mercaderes genoveses es atacada y hundida por el corsario Casenove. Salva la vida a nado llegando a las costas del Algarve portugués y desde allí a Lisboa, donde se reúne con su hermano Bartolomé y otros conocidos. Es entonces cuando Colón tiene acceso a los estudios de un importante matemático y médico florentino llamado Paolo Toscanelli dal Pozzo, quién ya articula un mapa y una hoja de ruta para alcanzar las tierras del Gran Khan, siguiendo las crónicas de Marco Polo.<
Paolo Toscanelli dal Pozzo
Hasta 1485 Colón vivió en Madeira, trabajando para la Casa Centurione, realizando viajes hasta Inglaterra, Irlanda o Islandia, punto más al Norte que se cree visitó en 1477 y de donde pudo haber obtenido informaciones acerca tierras más al oeste. Siguió la ruta de los portugueses hasta el Golfo de Guinea, pudiendo haber estado también en las Islas Canarias. No es hasta 1483-85 cuando Colón le ofrece su proyecto al Rey Juan II de Portugal quien, tras dar audiencia a sus cosmógrafos de cabecera, rehusó financiar el ofrecimiento del genovés, deprimido como estaba también por la reciente muerte de su esposa. Sea como fuere, la negativa del rey portugués abrió de par en par las puertas de la Corona de Castilla a la histórica empresa colombina.
Juan II de Portugal
Colón llega a Palos de la Frontera en 1485, conociendo en el vecino Monasterio de La Rábida a Fray Antonio de Marchena y Fray Juán Pérez, a quienes expuso su teoría para llegar a las Indias abriendo otra ruta diferente a la turca (peligrosa siempre) o a la que rodeaba la costa africana. Los frailes apostaron por él y le recomendaron a Fray Hernando de Talavera, confesor de Isabel de Castilla, quien le llevó ante Isabel I en enero de 1486. La Reina Católica tras escuchar a sus consejeros y validos, reunidos para la ocasión en Salamanca y Córdoba, rechazó el proyecto en primera instancia si bien concedió a Colón, escaso de recursos, una subvención. Durante este tiempo se dedicó a vender mapas y libros, conociendo a la cordobesa Beatriz Enríquez de Arana, fruto de cuya unión nació su hijo Hernando, futuro tripulante del cuarto viaje de su padre a Las Indias Occidentales y biógrafo del mismo.
Estatua de Cristóbal Colón en La Rábida, Huelva
Viaja por aquel entonces también a Portugal, donde pudo haber conocido a Bartolomeu Dias, navegante portugués que en 1488 dobló el Cabo de Buena Esperanza abriendo la ruta del Índico. A su vuelta a España se instala en el campamento real de Santa Fé en Granada, en plena lucha de los Reyes Católicos por recuperar el último bastión musulmán en la Península Ibérica, en diciembre de 1491, sometiéndose de nuevo su proyecto al juicio de los notables siendo rechazado por las altas pretensiones pecuniarias de Colón. Sin embargo, la postrera mediación de un importante funcionario de Fernando de Aragón llamado Luis de Santángel, financiando de su propio bolsillo el 1.140.000 maravedíes que debía aportar la Corona, posibilitó la continuidad del proyecto.
Capitulaciones de Santa Fé
Las negociaciones se llevaron a cabo entre el Secretario de la Corona de Aragón, Juan de Coloma, y Fray Juan Pérez en representación de los intereses de Colón, firmándose las mismas bajo el nombre de Capitulaciones de Santa Fé el 17 de Abril de 1492. Según este documento, cuya naturaleza jurídica no queda clara si era un contrato vinculante o una merced revocable, Cristóbal Colón obtenía los títulos de Almirante de la Mar Océana, Virrey de lo descubierto, amén el diezmo o diez por ciento de los beneficios de la empresa.
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Cuando Colón llega a Palos de La Frontera se encuentra con la oposición de los lugareños, desconfiados ante un “extraño”. Serán de nuevo los dos frailes de La Rábida, Antonio de Marchena y Juan Pérez quienes resuelvan el enésimo contratiempo en el camino de Colón a las Indias, presentándole al marino local Martín Alonso Pinzón, quien no sólo convence a otros avezados marinos de la zona como Pedro Vázquez de Figueroa sino que también y, según el fraile Bartolomé de las Casas, financia la expedición con medio millón de maravedíes y las carabelas Pinta y Niña.
Retrato de Martín Alonso Pinzón
Martín Alonso Pinzón recorre Palos, Moguer y Huelva reclutando marinería y alentando a la noble empresa castellana, de cuyo Patronazgo se hará cargo hasta su muerte la propia Reina Isabel I. Todo lo demás es bien conocido, el 3 de agosto de 1492 zarpa la triple expedición y dos meses y nueve días después los españoles llegan al Caribe, abriendo una nueva época histórica, la de los descubrimientos.