Don Pelayo
LA ESPADA DE DON PELAYO’
Al igual que en otros aspectos de su biografía, la espada de Don Pelayo es otra de las grandes incógnitas acerca de su vida.
Consta a la Real armería que hasta 1775 había guardada en el Santuario de Covadonga una espada que se le atribuía a Don Rodrigo. Siendo presa de un fuego dicho santuario este año, el abad solicitó auxilio al Rey Carlos III para recomponerlo, y como gratitud le entregó dicha espada.
En un posterior inventario de la Real Armería y aún bajo el mandato de este mismo rey, es cuando se menciona por primera vez a esta espada, coincidiendo en fecha y estilo a la de Don Pelayo, pasando a denominarse desde ese instante como la espada de Don Pelayo.
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